Hola! Les agradezco por el curso. Estoy avanzando de a poco y me resulta muy interesante. No obstante, quisiera señalar algunas inquietudes que me genera la perspectiva de la promoción de mercados en la base de la pirámide en tanto estrategia para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones en situación de pobreza. Entiendo que desde la óptica empresarial, la base de la pirámide (es decir, la pobreza) constituye una “oportunidad” de abrirse a un mercado poco explorado, expandiendo sus horizontes. Ahora bien, me resulta problemático pensar que podemos contribuir a la resolución de la pobreza, pensando que la inclusión social pueda darse en y desde su condición de consumidores. Acuerdo con quienes cuestionan que, desde esta mirada subyace la idea de que los pobres se integran al sistema social en tanto consumidores. Ello nos puede llevar a preguntarnos por el tipo de lazo social mismo que se pregona. Y más aún, si hay realmente, en textos como el de Prahalad, una preocupación por la mejora de las condiciones de vida de la población pobre o bien, simplemente una mirada empresarial respecto de un nicho de mercado inexplorado. Considerar que el acceso al consumo constituye una vía de inclusión social, resulta cuanto menos problemático. Abogar por la inclusión social en tanto consumidores, es algo que bien puede (y hay claros ejemplos de ello) conducir a diversas modalidades de endeudamiento en los sectores populares, que sin dudas son una oportunidad clara de mercado, pero que lejos están de empoderarlos y darles posibilidades de progreso. Al contrario, quedan atados a microcréditos y tarjetas de crédito con intereses usureros, para simplemente afrontar necesidades del día a día.
Coincido con que las empresas sociales, entendidas como empresas que nacen con el propósito de dar respuesta a problemáticas sociales, son un medio sumamente valioso de abordar las mismas. Ahora bien, disiento con la perspectiva que aborda a las personas en situación de pobreza en tanto consumidores. Creo que nunca deben dejar de ser vistos en tanto personas, y es por su calidad de tales (y no en tanto potenciales consumidores o incluso, potenciales emprendedores) que se debe abogar por la mejora de sus condiciones. Espero ser clara en mi intervención. Desde ya, muchas gracias por la atención!
Gracias por tu comentario, Ana Laura! Súper rica tu reflexión. De hecho, lo que mencionas es justamente el debate que se generó cuando C. K. Prahalad publicó el libro “La riqueza en la base de la pirámide”, y nunca se supo la intención real del autor, si ver al segmento como una oportunidad, o si generar inclusión social a través del mercado. Falleció en el 2010. En el ecosistema de impacto hay ejemplos de ambas intenciones, aquellas Empresas Sociales que nacen con una intención clara de potenciar el desarrollo de las personas en contextos más vulnerables, y Empresas con Impacto que ven la oportunidad más comercial que social. En general, la mayoría de las Empresas Sociales tienen una intención más bien social y eso está ligado al uso de su capital. Reinvierten la mayoría de sus ganancias en pos de su fin primario de impacto. Hay otros casos de Empresas que ven a los sectores más desfavorecidos como una oportunidad comercial y adaptan sus productos o servicios para que puedan consumir. Un claro ejemplo de esto lo vemos cada vez que vamos a India, en donde incluso en los lugares más remotos se encuentran pequeños comercios que venden sobrecitos plásticos de café o shampoo que son vendidos por 0.12 USD a personas que no podrían comprar un tarro grande. En este caso, se disponibiliza un producto, pero no se tiene un foco de impacto. Es un debate interesante, y sin dudas mucho para reflexionar y construir. Compartimos con vos la mirada de que lo primero tienen que ser las personas (y el planeta), más allá de su capacidad de compra. Saludos!
Hola! Les agradezco por el curso. Estoy avanzando de a poco y me resulta muy interesante. No obstante, quisiera señalar algunas inquietudes que me genera la perspectiva de la promoción de mercados en la base de la pirámide en tanto estrategia para mejorar las condiciones de vida de las poblaciones en situación de pobreza. Entiendo que desde la óptica empresarial, la base de la pirámide (es decir, la pobreza) constituye una “oportunidad” de abrirse a un mercado poco explorado, expandiendo sus horizontes. Ahora bien, me resulta problemático pensar que podemos contribuir a la resolución de la pobreza, pensando que la inclusión social pueda darse en y desde su condición de consumidores. Acuerdo con quienes cuestionan que, desde esta mirada subyace la idea de que los pobres se integran al sistema social en tanto consumidores. Ello nos puede llevar a preguntarnos por el tipo de lazo social mismo que se pregona. Y más aún, si hay realmente, en textos como el de Prahalad, una preocupación por la mejora de las condiciones de vida de la población pobre o bien, simplemente una mirada empresarial respecto de un nicho de mercado inexplorado. Considerar que el acceso al consumo constituye una vía de inclusión social, resulta cuanto menos problemático. Abogar por la inclusión social en tanto consumidores, es algo que bien puede (y hay claros ejemplos de ello) conducir a diversas modalidades de endeudamiento en los sectores populares, que sin dudas son una oportunidad clara de mercado, pero que lejos están de empoderarlos y darles posibilidades de progreso. Al contrario, quedan atados a microcréditos y tarjetas de crédito con intereses usureros, para simplemente afrontar necesidades del día a día.
Coincido con que las empresas sociales, entendidas como empresas que nacen con el propósito de dar respuesta a problemáticas sociales, son un medio sumamente valioso de abordar las mismas. Ahora bien, disiento con la perspectiva que aborda a las personas en situación de pobreza en tanto consumidores. Creo que nunca deben dejar de ser vistos en tanto personas, y es por su calidad de tales (y no en tanto potenciales consumidores o incluso, potenciales emprendedores) que se debe abogar por la mejora de sus condiciones. Espero ser clara en mi intervención. Desde ya, muchas gracias por la atención!
Gracias por tu comentario, Ana Laura! Súper rica tu reflexión. De hecho, lo que mencionas es justamente el debate que se generó cuando C. K. Prahalad publicó el libro “La riqueza en la base de la pirámide”, y nunca se supo la intención real del autor, si ver al segmento como una oportunidad, o si generar inclusión social a través del mercado. Falleció en el 2010. En el ecosistema de impacto hay ejemplos de ambas intenciones, aquellas Empresas Sociales que nacen con una intención clara de potenciar el desarrollo de las personas en contextos más vulnerables, y Empresas con Impacto que ven la oportunidad más comercial que social. En general, la mayoría de las Empresas Sociales tienen una intención más bien social y eso está ligado al uso de su capital. Reinvierten la mayoría de sus ganancias en pos de su fin primario de impacto. Hay otros casos de Empresas que ven a los sectores más desfavorecidos como una oportunidad comercial y adaptan sus productos o servicios para que puedan consumir. Un claro ejemplo de esto lo vemos cada vez que vamos a India, en donde incluso en los lugares más remotos se encuentran pequeños comercios que venden sobrecitos plásticos de café o shampoo que son vendidos por 0.12 USD a personas que no podrían comprar un tarro grande. En este caso, se disponibiliza un producto, pero no se tiene un foco de impacto. Es un debate interesante, y sin dudas mucho para reflexionar y construir. Compartimos con vos la mirada de que lo primero tienen que ser las personas (y el planeta), más allá de su capacidad de compra. Saludos!
Jessi
Muchas gracias Jessi, muy esclarecedora tu respuesta!